“La vida es benévola porque me ha dado la oportunidad de hacer lo que más amo, que es ser profesor y contar la historia de Iztacalco. Soy cronista por vocación y hago recorridos por los barrios de esta alcaldía por el gusto de compartir la historia de las tierras que me vieron nacer y donde doy clases. Tengo la enorme oportunidad de festejar el 50 Aniversario de esta fabulosa institución, Colegio de Bachilleres”. Con nostalgia, José Ramón Mundo González, profesor de la Academia de Lenguaje y Comunicación del Plantel 3 Iztacalco, señala que es su último semestre haciendo lo que más disfruta: impartir conocimientos.

Durante la charla que sostuvo con Gaceta, en el marco del 50 Aniversario de esta casa de estudios, José Ramón Mundo se concibe como un cronista nato del pueblo de Iztacalco, conocedor de historias que ha escuchado a través de sus ancestros y orgulloso de ser nativo de estas tierras. Recordó cómo fue testigo de la edificación de este plantel, que después sería su lugar de trabajo y del que hoy forma parte, y dijo estar orgulloso de transmitir sus conocimientos a los lobos grises que están formándose.

José Ramón Mundo compartió con este órgano informativo objetos antiguos de cultivo, monedas y billetes de los lugareños de antaño que atesora por representar parte de sus raíces, lo que lo ha hecho un ser humano tlaxcalteca y se conjunta con el nacimiento del Colegio de Bachilleres: “Mis dos grandes amores son Iztacalco con su historia, y el Plantel 3, parte importante en su vida”.

Agregó que se retirará satisfecho con la oportunidad de dar clases, pues ha sido parte de varios procesos de la enseñanza donde descubrió el enorme compromiso de contribuir en el proceso educativo de varias generaciones. Desde su punto de vista, cualquier cambio en la enseñanza es bueno, pero es importante tener disposición y poner nuestro granito de arena.

Mundo González subrayó que para generar buenas generaciones de lobos grises es importante amar la profesión, de lo contrario, “déjala, porque estarías dañando a los jóvenes. Olvídate de los cheques y llenarte de horas. Procura que tus alumnos tengan bienestar todos los días y la inquietud de regresar al aula por el conocimiento que le vas a compartir. Y lo más importante, no te creas el mejor maestro, aprende a ser humilde y estar consciente que te equivocas. De esta forma todo fluye mejor”, concluyó.