Cuatrocientos noventa alumnos son galardonados a las filas de la excelencia académica.
Uno de los objetivos del Colegio de Bachilleres es reconocer el desempeño de sus alumnos y motivar a quienes aún no desarrollan todo su potencial mostrándoles cómo con dedicación y esfuerzo se logra la excelencia y se vuelve una forma de vida. Por ello, aún en el confinamiento y a la distancia, 281 lobos grises del Plantel 6 Vicente Guerrero de tercer semestre y 209 de quinto pusieron todo su empeño para anexarse a las filas de la excelencia académica en el semestre 2020-A, lo cual las autoridades de ese recinto educativo no pasaron por alto y organizaron dos ceremonias —una para alumnos de tercero y otra para los de quinto—, los días 25 y 26 de noviembre, a través de la plataforma Microsoft Teams.
El coordinador sectorial de la Zona Centro, Francisco Javier de la Torre Hernández, enfatizó que el logro que festejan requiere deseo de superación y convicción para alcanzarlo, cualidades que poseen los 490 Bachilleres homenajeados, a quienes invitó a seguir por la senda de la excelencia que deben hacer extensiva a todos los ámbitos de su vida.

La planta docente también se hizo presente a través de Eduardo Luna Pérez, profesor de la Academia de Inglés, quien comentó que, cuando tenía 15 años, con frecuencia le preguntaban qué iba a ser de grande, lo cual no pudo responder, pues vislumbrar el futuro tan abruptamente es muy arriesgado y lo es aún más para los jóvenes galardonados, en un mundo en el que conocimiento cambia de manera vertiginosa, sin embargo, considera que en todas las áreas de la actividad humana los valores perduran, como prueba de ello, señaló que, en 1943, durante una época de guerra y crisis mundial, el escritor Antonie de Saint-Exupéry publicó El principito, donde precisa que “lo esencial es invisible a los ojos”, en este sentido, destacó que lo esencial para lograr la excelencia es invisible, pues es resultado de constancia, creatividad, tiempo y decisiones correctas.
Por su parte, la profesora Martha Araiza Ruiz, de la Academia de Formación Laboral, aseveró que la excelencia es el camino hacia sí misma, ya que es una forma de entender el trabajo constante de cada día, una actitud ante la vida y un compromiso con la responsabilidad. “Ser alumnos de excelencia —agregó— representa un esfuerzo por la innovación y la mejora continua para enfrentar los cambios de la sociedad; es un honor que conlleva una gran responsabilidad que, seguramente, sabrán llevar con dignidad”. Comentó que, para los docentes, son la motivación e inspiración para continuar con la construcción de aprendizajes, pues es en ellos donde ven reflejado su esfuerzo.

“Yo podría decir que todos somos capaces de hacer grandes cosas, sólo es necesario poner algo de actitud, curiosidad, esfuerzo y esmero a nuestro trabajo, esas son las claves para superarnos”, afirmó José Alberto Arenas Banda, también alumno de excelencia, quien aseguró que el deseo de aprender hace personas que luchan por su bien. Manifestó estar seguro de que no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades, lo cual no es un pretexto para alcanzar sus sueños, por el contrario, los hace personas únicas que se esfuerzan para lograr lo que deseen.
En su oportunidad, la alumna Daphne Nadia Rocío Ortega Sánchez, reiteró que a pesar de las circunstancias que imperan, los lobos grises se han adaptado para lograr sus objetivos y metas, así como también los profesores han hecho lo propio para darles clases en línea, por lo que aprovechó la ocasión para expresar su agradecimiento. De igual manera, hizo un llamado a la comunidad para ser pacientes y solidarios entre sí y les recomendó ser constantes y trabajar con esfuerzo, pues ello, a su entender, es la base para el éxito.
Al felicitar a sus compañeros, Fernando Altamirano Campos, recordó las palabras del filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, y apuntó que ellos se miden según una norma que está más allá de lo mediocre y lo ordinario. Subrayó que han descubierto que vale la pena ser exigentes consigo mismos pues no todos tienen el privilegio de ser de excelencia. Resaltó que su conducta es un ejemplo para otros niños y jóvenes, pues él y sus compañeros han dedicado largas horas a pensar, leer, discutir y escuchar, sin importar haber sacrificado su vida social y familiar, ya que el aprendizaje requiere un arduo trabajo.
Para amenizar ambas ceremonias, la profesora Cristina Cruz Medina, del taller de Danza, compartió su talento con la interpretación de las melodías Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez, y Todo a pulmón, autoría de Alejandro Lerner, acompañada por los acordes de una guitarra acústica.